lunes, noviembre 12, 2007

Siempre quise ser James Stewart



Siempre quise ser James Stewart. El cine, ese séptimo arte convertido hoy en mero vehículo de historias sin chispa ni imaginación, en diálogos tontos e inconexos, en secuencias que no logran transmitir nada, fue grande cuando grandes actores y directores hicieron de él una forma de EXPRESAR, un vehículo para contar historias que nos emocionaran, y expresaran sentimientos.

En esas historias estaba él. Daba igual que fuera western, comedia, drama, James siempre lograba demostrar que era un ACTOR de verdad, un caballero lleno de moralidad, de valores, de principios, de ética. Siempre rodeado de excelentes directores que supieron sacarle lo mejor de su talento: Hitchcock, Capra, Cukor, Lubistch….

Últimamente he vuelto a ahondar en mis recuerdos cinematográficos, y casi siempre me remiten a películas en blanco y negro. La última fue “Caballero sin espada”, una excelente crítica política, un excelente alegato a la dignidad y a la ética política, que más de uno de nuestros mandatarios debería visionar para aprender algo de decencia. Y supongo que en estas fechas que se acercan volveré a visionar “Que bello es vivir”, y me volveré a emocionar con las andanzas de George Bailey. Y pensaré de nuevo, que quiero ser James Stewart, que quizá pueda haber un mundo mejor, y que en cine, como en muchas cosas en la vida, cualquier tiempo pasado fue muchísimo mejor.

No hay comentarios: