Cicatrices en el alma

Ayer fui al cine a ver esta película, la única película que realmente llamaba mi atención de todas las que aparecían en la alfombra roja de nominadas a los Oscars, y mi impresión no puede ser más satisfactoria.

La película narra las desdichas de Randy "The Ram" Robinson , antiguo gran luchador de wrestling durante los 80 , que sigue arrastrándose en espectáculos de segunda, para poder malvivir. Randy es un hombre maduro, roto por las cicatrices y la edad, pero al que sobre todo, le duelen más las cicatrices que lleva en el alma, esas que ningún ATS puede curarle después de un combate. Las que le hacen sentirse mayor, solo y desamparado, y fuera de lugar siempre que no está en un cuadrilátero.

La película es eso, quizá una historia con tintes previsibles, pero ante todo, la película es Mickey Rourke. Se come cada plano, cada escena. Se ve que Rourke sabe de esas cicatrices internas, y las ha añadido al personaje como nadie.

Hoy ya sé que no ha ganado el Oscar al mejor actor principal. Sean Penn hace un muy buen papel de mártir en Harvey Milk, pero el Oscar para mí, era para Mickey Rourke, sin duda.

Id a ver esta película, no lo dudéis, es dura, es triste, y no te deja un regusto agradable dentro del cuerpo, pero sí es muy buen cine, del que desgraciadamente nos llega pocas veces en una sala oscura, y del que valga la pena haber pagado al entrada para visionarlo.

Telebasura

Lo han vuelto a demostrar. Se jactan los "supuestos" periodistas de que hay que informar, de que hay que transmitir la noticia al momento. Pero la noticia, la realidad pierde importancia ante el amarillismo, ante la crónica negra, ante esa lágrima que resbala la mejilla, o ante esea persona anónima que se jacta , ante el el piloto rojo de la cámara, de comentar "sí, yo le conocía y parecía buena gente..."

Todo viene a colación por el terrible suceso de la chica sevillana Marta del Castillo. Un suceso terrible, del que la justica ha de encargarse, pero del que el circo mediático televisivo ya está dando buena cuenta. Hurgando en la herida de sus padres desconsolados, realizando tertulias ajadas de "rigor periodístico" estudiando a la víctima y a su asesino, dando cobijo a menores y señoras mayores ansiosas por dar su particular versión de los hechos....Ni si quiera hay un cadaver que velar y ya todos los buitres carroñeros han tomado su parte del botín...Es triste pero es así...

Vemos, de todos modos, como no sólo pasa aquí. El morbo no entiende de fronteras, la mierda no entiende de desinfectantes, y si esa mierda es catódica, ni si quiera de cadenas públicas o privadas. Así, en el Reino Unido andan revueltos con el tema de esa niña nacida de una chica de 15 años y un chico de 13 años. La neonata, al menos, no ha llegado con un pan bajo el brazo, pero sí con contratos millonarios que darán para sufragar sus pañales por unos cuantos años.

Quizá la verdad merezca siempre ser conocida, quizá la información debe abrirse paso para que el silencio, el olvido o la indiferencia no hagan mella en ella. Pero si este es el tipo de información quye nos merecemos, si solo importa el morbo, el dramatismo o el showtime televisivo, dejenme en mi inopia, por favor...

Arrepintiéndome...

En cualquier empresa, a la persona que no cumple con su trabajo de un modo eficiente, a ese al que sus responsabilidades le quedan demasiado grandes, o a ese que demuestra ineptitud, por lo general, suele acabar con un despido, y, si se trata de puestos de responsabilidad política, y además tienen dignidad (cosa difícil) puede acabar en dimisión.

Ayer desayunamos con la triste noticia de que si nada lo remedia, en poco tiempo seremos 4 millones de parados en España. La situación internacional es complicada, nadie lo duda. El momento de crisis coyuntural que envuelve al mundo repercute negativamente en las posiblidades de crecimiento , y de recuperación, eso es obvio. Pero si a esto añadimos una nula capacidad de tomar decisiones adecuadas para facilitar ese crecimiento, un comportamiento errático, una falta de planificación, y una actitud que deja entrever abatimiento, y una imposiblidad de revertir la situación, todo esto se personifica en un el mismo sujeto: Pedro Solbes.

Supongo que Zapatero seguirá con su discurso, seguirá creyendo a esta sociedad gilipollas, y seguirá alimentando el desencanto, la desesperanza y el abatimiento.

Bien, yo le voté señor Zapatero, pero si no se demuestra más compromiso, más capacidad de decisión, y sobre todo, más mano dura para tirar a la puta calle a aquellos inútiles que tiene en su consejo de ministros, alentará el hecho de que me arrepienta de ese voto que yo le dí.