Aún sobrecogido reflexiono sobre este documental ,que acabo de visionar en television. En él se narra un verdadero testamento vital por parte de Carlos Cristos, un médico aquejado de una extraña enfermedad degenerativa, que narra delante de la cámara sus experiencias, sus vicencias, sus sentimientos, ante el final que le espera, y todo, como él dice más de una vez "con una sonrisa en los labios"...
El documental huye de los sentimentalismos fáciles, muestra sin aditivos ni colorantes como evoluciona la enfermedad, y como el decaimiento físico de Carlos, contrasta con su entereza emocional y mental. Lo vemos en sus facetas diarias, en sus relaciones familiares, con sus amigos, en sus revisiones médicas. Lo acompañamos en sus reflexiones sobre la vida, sobre la muerte, esa muerte que sabemos que acecha y que muchas veces obviamos, y nos hacen obviar desde el cine o la televisión. Por eso aún tiene más valor esta obra, como terapia de choque, como reflexión, como aceptación de esa parte inexorable de todo lo que conocemos como vida. "Mientras haya música, seguiremos bailando"
Un 10 para su director, un 10 a su montaje, y un 10 a alguien que decidió compartir esa experiencia con todos lo que nos asomamos a esta película. Altamente recomendada, de verdad.
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