miércoles, diciembre 19, 2007

Señoras y señores:París

Hay momentos en la vida de una persona que se quedan grabados a fuego en nuestra mente.Recuerdos, vivencias, sentimientos en los que abocamos nuestros pensamientos cuando los días, a veces, hacen aflorar la hiel en vez de néctar, y que nos ayudan a sobrellevar mejor el trajín diario. El pasado viernes tuve unos de esos momentos: el poder ver esa maravilla llamada Torre Eiffel, iluminada, cortando la oscura humedad de la noche de París frente a mis ojos. Y encima la compañía no podía ser más grata: Ana.

LLegamos el viernes noche a París, tras lo cual sólo nos dio tiempo a pasear brevemente junto al Sena y la Torre Eiffel.

El sábado aprovechamos la mañana para visitar el museo Louvre. Podría pasarme horas enteras escribiendo sobre él, pero sólo diré que es mejor vivirlo, disfrutarlo, sentirlo, mucho mejor experimentarlo en propia carne que escribir con frías palabras.

La tarde la dedicamos a Montmartre. Visitamos su iglesia, y nos dimos un garbeo por su plaza llena de pintores. La tarde dio paso a la noche, mientras visitábamos el Moulin Rouge. De allí, fuimos de nuevo junto al Sena, para disfrutar de un paseo en barco con un Bateaux Parisien,esta, desde luego, es otra experiencia para vivir. Tras la cena, y con las últimas energías que nos quedaban, visitamos el Arco del Triunfo, y recorrimos una parte de la Avenida de los Campos Elíseos.

El domingo lo aprovechamos para subir a los alto de la Torre Eiffel, y para disfrutar de la belleza de Notre Dame, otra visita obligada como tantas otras en una ciudad tan bella.

Y así, pasó un fin de semana inolvidable, un viaje para el recuerdo,una postal animada para siempre en mis pensamientos, y un trozo de vida de los que vale la pena recordar para siempre.








1 comentario:

Julef/Blocker dijo...

Que morrooooo

Te falto hacerte un viajecito de 60 Kms y perderte por los jardines de Versalles.

Y la plaza de la Bastilla... ese lugar tiene un ambiente "especial".