Campeones...Campeones....No veáis lo bien que suena decir esto, después de 44 años de sinsabores, y además desde tierras neoyorkinas.
El pasado día 20 aterrizamos en Nueva York, y aunque la cabeza me decía que si no veía los partidos de España no me iba a perder nada, el corazón me animó a ir a ver el España-Italia de cuartos. No sabíamos muy bien donde meternos a ver el partido, y entre prisas y demás acabamos en un restaurante en en centro mismo de Little Italy, rodeados de hinchas italianos, y con sólo cinco personas animando a la selección, nosotros tres y una pareja más que se nos unió en la misma mesa a última hora.
La experiencia la podríamos resumir así, como el anuncio de Mastercard: Un plato de pasta: 12 dólares. Un capuccino: 5 dólares. Ver a la selección española eliminar a Italia en los penaltis, rodeados de italianos por todos lados, NO TIENE PRECIO.No veáis el grito que pegué cuando Cesc marcó el definitivo....
LA semifinal contra Rusia vino a dejar claro que España era muy superior, y la final, aunque emocionante, también fue nuestra por méritos própios. En fin, que gritar CAMPEONES en el extranjero es una gozada. Y por cierto, pedazo de viaje, Nueva York me ha encantado. Un saludo a todos.
1 comentario:
Tienes la mala costumbre de SI hacer los viajes que yo QUIERO hacer y NO hago.
Espero ansioso fotos de esa espectacular ciudad, si quieres claro xD.
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